Un grito de denuncia contra la injusticia laboral

Cartel de El 47

Las películas de Marcel Barrena se han caracterizado por su sensibilidad hacia historias humanas llenas de emotividad y denuncia social. Con El 47, el director catalán ha dejado claro su interés por historias de superación y justicia, convirtiéndose en una de las voces más importantes del cine social español contemporáneo. La película ha sido una de las grandes protagonistas en la gala de Los Goya de 2025 , ganando el Goya a Mejor Película de manera compartida con La infiltrada

La trama de El 47 cuenta la historia de un grupo de trabajadores inmigrantes a quienes les toca trabajar bajo condiciones precarias en una empresa de construcción. Un día, un accidente laboral saca a la luz las injusticias por las que están pasando, esto hace que se inicie un movimiento de resistencia en busca de dignidad y derechos básicos. La película evita el sentimentalismo fácil y se desarrolla con una tensión constante, que es lo que hace que los espectadores se enganchen, presentando a los protagonistas, no como víctimas pasivas, sino como personas con capacidad de decisión.

El guion de la película destaca por el desarrollo de los personajes y su capacidad para reflejar diálogos y situaciones creíbles. En ningún momento se siente forzado, y todas las escenas aportan algo a la historia. Además, el ritmo narrativo es tranquilo, sin prisas, permitiendo que el espectador se ponga en la piel de los protagonistas. La ambientación está muy bien conseguida, ya que cada detalle está cuidado para que se vean las malas condiciones en las que se encuentran.

El montaje está cuidadosamente trabajado, con transiciones que refuerzan la tensión narrativa.

Barrena demuestra un gran dominio del lenguaje cinematográfico. Las imágenes transmiten la dureza de la realidad laboral de los protagonistas sin caer en exageraciones. Clara Segura y Salva Reina, quienes ganaron los Goya a Mejor Actriz y Actor de Reparto, respectivamente, brillan con interpretaciones que dan a la historia el punto de autenticidad y profundidad emocional que necesita. Los protagonistas no se limitan a buscar estereotipos, sino que muestran una evolución emocional compleja a lo largo de la película.

El apartado técnico también merece una mención especial. La fotografía, a cargo de Josep Maria Civit, deja ver el mal entorno laboral y la lucha de los trabajadores. La música, compuesta por Arnau Bataller, acompaña la narrativa sin pasarse, generando una atmósfera que potencia el dramatismo de la historia. El montaje está cuidadosamente trabajado, con transiciones que refuerzan la tensión narrativa y una edición que mantiene el interés del espectador todo el rato.

A nivel narrativo y temático, El 47 encuentra paralelismos con películas como Los lunes al sol (Fernando León de Aranoa) y En un mundo libre (Ken Loach), ambas centradas en la precariedad laboral y la lucha de la clase trabajadora. Su realismo social hace que se parezca a obras literarias como Las uvas de la ira, de John Steinbeck, que también retrata la desigualdad y el esfuerzo de los oprimidos por encontrar justicia. En comparación con otras películas recientes del cine social, El 47 logra destacarse por su enfoque honesto y su compromiso con la representación fiel de la realidad de los trabajadores migrantes en España.

Otro aspecto destacable de la película es su impacto social. Más allá de ser una obra cinematográfica bien hecha, El 47 se convierte en una denuncia que invita a la reflexión sobre las condiciones laborales de muchos trabajadores en situaciones de vulnerabilidad. En un contexto donde la desigualdad sigue siendo una problemática global, esta película es una herramienta de visibilización y crítica. No solo ofrece una historia bien contada, sino que también hace dudar al espectador y lo obliga a cuestionarse sobre la sociedad en la que vivimos.

El 47 es una película imprescindible que ofrece una mirada complicada pero esperanzadora sobre la resistencia y la dignidad en el mundo laboral. Su capacidad para emocionar sin manipulaciones y su compromiso con la realidad la convierten en uno de los títulos más destacados del año. Más allá de su mensaje social, la película destaca por su impecable factura técnica y su brillante dirección de actores. Es por eso por lo que ha recibido tantos premios, un cine necesario que recuerda el poder de la solidaridad frente a la adversidad, haciendo reflexionar al espectador sobre la importancia de la lucha colectiva en un mundo donde la desigualdad sigue siendo una realidad. Con una combinación de excelentes actuaciones, una dirección precisa y un guion sólido, El 47 deja una huella imborrable en el cine social contemporáneo.